Ante todo discreción que las personas son envidiosas y no quieren que tengas más que ellos,a tus padres eso si,familiares muy cercanos con los que tengas mucha confianza y celebrarlo con una buena comida y baile,pero que no se sepa demasiado.

Absolutamente no! Uno trabaja muy duro muchas hs y todos los dias para ganar su propio dinero honesta y legalmente, por que habria de regalar mi esfuerzo para otros lo obtengan de regalo sin esfuerzo, no me parece para nada justo regalarlo ,asi sea que gane 1000usd o 10000 usd o 1000000usd por mes el concepto siempre ha de ser el mismo

Sería inevitable que algunos se enteraran, pero solo se lo contaría a la menor cantidad de gente, preferiblemente solo a familiares, porque?, por que mi situación financiera es solo de mi incumbencia, a los 59 ya pasaron los años en que lo hubiera hecho, y no tengo intención que aparezcan “amigos” que había olvidado, y que con toda seguridad aparecerían, mientras menos se enteren tanto mejor y menos dolores de cabeza.

No, no me parece que esto sea tan importante para nadie. Y creo que a ninguno de mis vecinos les importaría excesivamente si el de la casa del otro lado del camino, que vino a echar una mano con el tractor que no arrancaba o que ayudó con el tejado del establo cuando faltaban brazos para subir los tablones, tiene más o menos dinero.

A mis vecinos lo que de verdad les importa es que puedan pararse en casa y tomar un trago de vino en la cocina y comentar los acontecimientos del día o pararse a charlar sobre la cosecha de este año. Encontrarnos en el café para decidir si vamos a ir (y quienes van a poner el coche) a ver jugar a nuestro equipo de rugby y estas cosas, que de verdad son importantes.

No, no lo hice, y luego, después de casarme, no lo hicimos. Salí con mi esposa durante 3,5 años antes de proponerle matrimonio, y luego le dije que tenía un poco de dinero. Pero ambos nos quedamos en la USAF por más de 20 años. No vivimos de eso, pero vamos un poco.

Heredé bienes inmuebles, así como algo de dinero, de mi tía abuela. (Fue una mujer trabajadora todos sus 76 años, pero no podía tener hijos).

Cuando yo tenía dieciséis años falleció y su patrimonio se dividió entre cinco sobrinos y sobrinas.

Me dejó una casa vieja y gastada de 8 habitaciones y 12 baños. Tenía una pequeña casa separada para el personal. (No suena tan bien todavía.) Bueno, aquí es donde se pone interesante.

Se encuentra a 165 pies de distancia de la marca de la marea alta, justo en el medio de 1998 pies de la playa frente al océano Atlántico; a unos 1600 pies de distancia, se asienta sobre la vía fluvial costera interior. Dependiendo de las últimas tormentas, totaliza aproximadamente 62 acres.

También obtuve $ 185K, o $ 1.011M en dólares de 2021. Pero las reparaciones y el mantenimiento requirieron una buena parte de eso, luego están los impuestos.

Así que valemos mucho por la tierra. Por otra parte, no puedes comer arena.

La riqueza no se puede ocultar.

Aunque no se lo dijera a nadie, una persona con recursos se nota, la abundancia de sus bienes lo evidencia.

Recuerdo el viejo barrio donde pasé mi infancia, se trataba de un asentamiento irregular en una zona de minas, la gente llegó y se plantó a vivir allí en casuchas de madera, cartón y láminas; no había pavimento ni banquetas, tampoco drenaje y aunque había agua, tenía que traerse en cubetas de llaves ubicadas en ciertas esquinas y cosa extraña… no había delincuencia.

Un día llegaron camiones con material de construcción y muchos albañiles, que en poco tiempo construyeron una casa de dos pisos (pero grande, no como las casitas de ahora), hasta banquetas le hicieron, cuando estuvo terminada llegó la familia en un par de lujosos autos que metieron en el enorme garaje. La gente le llamó "La casa grande" y por las noches la casota se iluminaba… rodeada de jacales de un solo y amarillento foco. Los íbamos curiosos a asomarnos por las ventanas y nos maravillábamos de lo que dentro veíamos: alfombras, candiles de muchas luces, cuadros, sus niños viendo la tv en color en una enorme sala… hasta su perro era diferente a nuestros flacos, pulguientos y corrientes canes… y mientras nosotros jugábamos entre la tierra y basura, sus niños nunca los vimos ni siquiera caminar por la calle, siempre dentro del auto, asistiendo seguramente a una escuela de otro lado porque en la Adolfo Ruiz Cortines nunca los vimos.

Ellos no necesitaban decirle a la gente que eran ricos… o al menos mas que nosotros… la riqueza no se puede ocultar.

Aquel barrio donde nunca he regresado ha cambiado, ahora hasta tiene metro muy cerca… y cosa extraña, ahora abunda la delincuencia.