El amanecer de China se dio hace unos once mil años entre jefes tribales que pululaban la región hasta asentarse en determinados lugares.

Hacia más o menos el año 3000 antes de Cristo los Xia llegaron al empalme del Rio Amarillo y allí se asentaron y crecieron conquistando paulatinamente las tierras y reinos colindantes formando el primer imperio Chino unos mil años después.

Eventualmente el territorio se volvió tan grande que bastó una crisis económica y sociopolítica para fraccionarlo y fue conquistado por uno de los reinos pequeños que formaron el nuevo imperio Shang que perduró más de medio siglo.
A partir de este momento China fue objeto de incontables expansiones, guerras civiles, escisiones, conquistas y reunificaciones, hasta alcanzar una configuración relativamente similar a la actual, porque al Norte estaba la inmensa tundra de Siberia, al Centro Oeste el mortal desierto de Gobi y al Sur Oeste los infranqueables Himalayas.

